Dios puede sanarnos.
Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias1.
«Yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas», dice el Señor2.
A vosotros los que teméis Mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en Sus alas traerá salud3.
Dios desea sanarnos.
No aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres4.
Levantad por tanto las manos caídas, afirmad las rodillas paralizadas y caminad por sendas llanas; que vuestros pies no dejen el buen camino, y si algo hay en vosotros débil o cojo, que sane y se fortalezca.5.
Para Dios no hay enfermedad incurable.
He aquí que Yo soy el Señor, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para Mí?6
Si puedes creer, al que cree todo le es posible7.
La sanación formaba parte de la misión terrenal de Jesús.
Recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó8.
Le siguió mucha gente, y sanaba a todos9.
El poder sanador de Jesús sigue activo hoy en día.
Estas señales seguirán a los que creen: En [el] nombre [de Jesús] echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán10.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos11.
1. Salmo 103:3
2. Jeremías 30:17
3. Malaquías 4:2
4. Lamentaciones 3:33
5. Hebreos 12:12,13
6. Jeremías 32:27
7. Marcos 9:23
8. Mateo 4:23,24
9. Mateo 12:15
10. Marcos 16:17,18
11. Hebreos 13:8
Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias1.
«Yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas», dice el Señor2.
A vosotros los que teméis Mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en Sus alas traerá salud3.
Dios desea sanarnos.
No aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres4.
Levantad por tanto las manos caídas, afirmad las rodillas paralizadas y caminad por sendas llanas; que vuestros pies no dejen el buen camino, y si algo hay en vosotros débil o cojo, que sane y se fortalezca.5.
Para Dios no hay enfermedad incurable.
He aquí que Yo soy el Señor, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para Mí?6
Si puedes creer, al que cree todo le es posible7.
La sanación formaba parte de la misión terrenal de Jesús.
Recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó8.
Le siguió mucha gente, y sanaba a todos9.
El poder sanador de Jesús sigue activo hoy en día.
Estas señales seguirán a los que creen: En [el] nombre [de Jesús] echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán10.
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos11.
1. Salmo 103:3
2. Jeremías 30:17
3. Malaquías 4:2
4. Lamentaciones 3:33
5. Hebreos 12:12,13
6. Jeremías 32:27
7. Marcos 9:23
8. Mateo 4:23,24
9. Mateo 12:15
10. Marcos 16:17,18
11. Hebreos 13:8
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