Alaba y da gracias al Señor antes de presentarle tus peticiones.
Lleguemos ante Su presencia con alabanza1.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias2.
Pide claramente lo que necesites.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá3.
Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis4.
Reza en el nombre de Jesús.
Si algo pidiereis en Mi nombre, Yo lo haré5.
Todo cuanto pidiereis al Padre en Mi nombre, os lo dará6.
Orar significa también escuchar la voz de Dios.
Si te llamare, dirás: «Habla, Señor, porque Tu siervo oye»7.
Como heraldo del Señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Al viento lo siguió un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo8.
Ora con fe.
Plenamente convencido de que [Dios] era también poderoso para hacer todo lo que había prometido9.
Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan10.
Obedece a Dios y haz Su voluntad.
Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho11.
Cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos Sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él12.
Acepta los designios de Dios y procura que tu oración sea acorde con Su voluntad.
Enséñame a hacer Tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud13.
Esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye14.
Reza con humildad.
No elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias, sino en Tus muchas misericordias15.
Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes16.
Cuando ores, recuérdale a Dios Sus promesas.
Dijo Jacob: «Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, el Señor, que me dijiste: “Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y Yo te haré bien”; menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con Tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. Y Tú has dicho: “Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud”»17.
1. Salmo 95:2
2. Filipenses 4:6
3. Mateo 7:7,8
4. Mateo 21:22
5. Juan 14:14
6. Juan 16:23
7. 1 Samuel 3:9
8. 1 Reyes 19:11,12
9. Romanos 4:21
10. Hebreos 11:6
11. Juan 15:7
12. 1 Juan 3:22
13. Salmo 143:10
14. 1 Juan 5:14
15. Daniel 9:18
16. Santiago 4:6
17. Génesis 32:9-12
Lleguemos ante Su presencia con alabanza1.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias2.
Pide claramente lo que necesites.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá3.
Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis4.
Reza en el nombre de Jesús.
Si algo pidiereis en Mi nombre, Yo lo haré5.
Todo cuanto pidiereis al Padre en Mi nombre, os lo dará6.
Orar significa también escuchar la voz de Dios.
Si te llamare, dirás: «Habla, Señor, porque Tu siervo oye»7.
Como heraldo del Señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Al viento lo siguió un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo8.
Ora con fe.
Plenamente convencido de que [Dios] era también poderoso para hacer todo lo que había prometido9.
Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan10.
Obedece a Dios y haz Su voluntad.
Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho11.
Cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos Sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él12.
Acepta los designios de Dios y procura que tu oración sea acorde con Su voluntad.
Enséñame a hacer Tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud13.
Esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye14.
Reza con humildad.
No elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias, sino en Tus muchas misericordias15.
Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes16.
Cuando ores, recuérdale a Dios Sus promesas.
Dijo Jacob: «Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, el Señor, que me dijiste: “Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y Yo te haré bien”; menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con Tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. Y Tú has dicho: “Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud”»17.
1. Salmo 95:2
2. Filipenses 4:6
3. Mateo 7:7,8
4. Mateo 21:22
5. Juan 14:14
6. Juan 16:23
7. 1 Samuel 3:9
8. 1 Reyes 19:11,12
9. Romanos 4:21
10. Hebreos 11:6
11. Juan 15:7
12. 1 Juan 3:22
13. Salmo 143:10
14. 1 Juan 5:14
15. Daniel 9:18
16. Santiago 4:6
17. Génesis 32:9-12
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